¿Habéis jugado una vez a los médicos?
Claudia y Marcos sí.
(...) a Claudia y a Marcos se les
ocurre, como muchas otras veces, jugar a médicos.
Jugar
a médicos es divertido porque siempre descubren cosas sorprendentes.
Por ejemplo, una vez en casa de Marcos, Claudia descubrió que si
tocaba la nuca de su amigo tratando de hacerle un vendaje con un rollo de
papel, Marcos no paraba de reírse porque tenía muchas cosquillas en esa
zona.
En otra ocasión, unas vacaciones en las que se marcharon juntos a la
playa, Marcos descubrió que lo que había visto por la tele era verdad;
golpeando con una pala en la rodilla de Claudia, su pierna subía automáticamente.
Otro día, de nuevo en casa de Marcos, ambos se percataron de que
tenían algo diferente al bajarse los pantalones para ponerse, con un lapicero, una
inyección que les curase la fiebre que les había subido por comer más de un
millón de galletas. Claudia y Marcos se habían sorprendido mucho al ver
aquello.
-¿Tú eres igual que una mamá
o que un papá?- le había preguntado Marcos a su amiga al observar la
diferencia.
-Creo que como una mamá, ¿y tú?- dijo Claudia.
-Yo como un papá porque tengo colita. Mi mamá dice que las chicas no
tienen colita- informó Marcos. -¡Mira! La colita es como ésta- señaló bajándose
sus calzoncillos estampados con motos para mostrarsela a su amiga.
Claudia se acercó y
observando atenta dijo –Mi papá también tiene una como esta, pero es más
grande.
-¡Mira, mira!- exclamó
Marcos sujetándose la colita -¿Ves este agujerito? Pues por aquí sale el pis.
-Yo también hago pis- replicó Claudia un tanto ofendida.
-¿Por dónde? Si no tienes colita, ¿por el culito?, je, je.
-No, yo también tengo un
agujerito porque mi mamá me lo dijo, sólo que está metido y casi no se ve.
-¡Déjame mirar, a ver si lo encuentro!- le pidió Marcos intrigado (...)